Todo un mundo nuevo
El camino de la maestra Pineda en la docencia inició cuando ingresó a la UPN con el anhelo de ser docente de educación infantil. Allí en las aulas encontró un mundo que la enamoró aún más de la enseñanza con profesores que la motivaron a profundizar en la academia, en la investigación y en el compromiso social del pedagogo.
Ha sido rectora de un jardín infantil, ganadora del concurso docente del Departamento del Atlántico, asesora del Programa de atención integral a la primera infancia en la Gobernación del mismo Departamento, docente de básica primaria, maestra catedrática de la Licenciatura en Educación Infantil y de la Maestría en Neuropedagogía de la Universidad del Atlántico. También ha dictado clases en la Maestría en Educación de la Universidad de la Costa y ha sido tutora del programa Todos a Aprender.
Su formación para cualificarse como docente ha sido constante, pues es Magister en educación con énfasis en cognición de la Universidad del Norte, Doctora en Ciencias de la Educación por la red de universidades Públicas de Colombia RUDECOLOMBIA, con posdoctorado en Educación por la Universidad de La Salle de Porto Alegre Brasil.
Adicionalmente, es autora de 13 artículos científicos relacionados con la educación infantil, la primera infancia, la importancia de la formación del maestro y los procesos de desarrollo integral, entre otros tópicos.
Para Adriana del Rosario el haber tenido la oportunidad de estudiar en la UPN, la educadora de educadores, marcó la identidad de su profesión, pues la hizo entender la educación infantil como un compromiso. Además, la llevó a concebir la profesión docente como una responsabilidad social y política importante pues es el maestro quien tiene la posibilidad de generar trasformación y valor agregado en la vida de los niños.
A los nuevos maestros esta docente les dice que la enseñanza es un camino que requiere tener una conciencia fuerte frente al hecho de que los profesores necesitan estar en una continua cualificación, pues es una labor que no permite quedarse en su zona de confort y que exige estar buscando constantes respuestas a las múltiples preguntas que surgen de su ejercicio cotidiano. “No se queden callados, quienes se conforman y se duermen pierden la oportunidad de ser importantes en la vida de los niños y las niñas”, puntualizó.
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