Héctor José Peralta Berbesi empezó su camino en la docencia en el año 1960 siendo maestro de educación física en diferentes escuelas y colegios. Sin embargo, fue hasta 1969 que las aulas de la Universidad Pedagógica Nacional lo vieron llegar convirtiéndose en uno de los impulsores de la Facultad de Educación Física.

Es licenciado en educación física de la Escuela Nacional de Educación Física, especialista en educación especial con énfasis en comunicación aumentativa y alternativa de la Universidad Pedagógica y ha desarrollado el proyecto de investigación llamado “Acción participación: grupo de gimnasia Colombia”, reconocido en América Latina como uno de los programas más innovadores en su campo.

No son pocos los motivos por los que la Universidad Pedagógica Nacional, en el marco de la celebración del Día del Maestro, decidió otorgarle la Distinción académica de profesor emérito a Peralta Berbesi, quien afirma que ha sido uno de los mejores reconocimientos que ha recibido en sus 37 años de carrera.

Fue promotor de los Centros de Educación Física, de la Escuela de Iniciación y Formación Deportiva en los Institutos Municipales de Deporte en Colombia, especialmente en Cundinamarca, y capacitó educadores de  básica primaria  y media superior en 750 municipios de Colombia.
 

Su logro más destacable se relaciona con el hecho de que en 1972 fue iniciador del deporte en sillas de ruedas, hoy conocido como deporte adaptado paraolímpico, ejerciendo también como preparador físico de alto rendimiento en el sector paraolímpico donde asistió a 11 versiones de los Juegos Paraolímpicos como delegado y entrenador, convirtiéndose en abanderado de la causa de la inclusión. 

En 1994 fue ganador del Premio Nacional a la Investigación en el Deporte y la Educación Física en Colombia de Coldeportes. También fue autor de 25 libros temáticos y 14 Investigaciones terminadas y publicadas; Peralta Barbesi atribuye esta prolífica produccion a sus ganas de  aportar algo a la sociedad y a que desde siempre ha estado  fascinado con la anatomía y el movimiento humano. 

Sobre la UPN afirma que “fue la mejor escuela y allí encontré  socios de aprendizaje en mis estudiantes,  para prender unos y otros; yo aprendía tanto como ellos, y cada uno de los futuros maestros aprendían de ellos mismos y de sus compañeros”, por lo que agradece haber sido parte de su planta docente durante tantos años. Su consejo para los futuros educadores es ser libres, atrevidos, pensar diferente y romper paradigmas. En su concepto, entregar su vida a enseñar a otros “siempre valdrá la pena cuando recibes sonrisas, frases, palabras, abrazos y  alegría  por parte de tus estudiantes”.