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Proyección social

La UPN trabaja para eliminar las violencias basadas en género

Jun 1, 2021
Escrito por: Alejandra López
 

Este documento es el resultado de un trabajo que comenzó a inicios de 2020, como una respuesta a la creciente necesidad que se había detectado de modificar el protocolo existente para incluir los aprendizajes adquiridos desde que fue construido en 2018 por el Grupo de Orientación y Apoyo Estudiantil (GOAE) con la participación de colectivas feministas de la Universidad. Una herramienta que respondió en su momento a la agudización de violencias hacia las estudiantes.

“Con él actuamos hasta el pasado 8 de marzo, pero a partir de 2021 contaremos con una herramienta que amplia su alcance para sancionar, prevenir y atender las violencias que involucran a toda la comunidad y todos los estamentos de la Universidad, no solo a las estudiantes”, comenta la profesora Sonia Torres Rincón, quien está al frente del Comité Institucional de Transversalización de Género que lideró el proceso desde el que se gestó el nuevo protocolo.

 

 

Un proceso que partió de la adopción dentro del eje de inclusión del Plan de Desarrollo Institucional del Plan de Transversalización de Género, un instrumento que plantea la necesidad de incorporar este tema en los programas y proyectos de la institución para superar las desigualdades que existen en esta materia. Esto como resultado de un trabajo docente que se adelantaba desde 2015 y como respuesta a las exigencias del movimiento estudiantil, sindicatos, trabajadores y maestros en las mesas de negociación del paro de 2018 y 2019.

Este plan tiene cinco componentes: de conocimiento no androcéntrico, de participación y representación con equidad, de comunicación y cultura no sexista, de planeación con enfoque de género y de prevención de violencias basadas en género. Desde este último se impulsó la creación del nuevo protocolo, con el respaldo del profesor Leonardo Fabio Martínez, rector de la UPN.

Desde la instalación en marzo de 2020 del Comité Institucional de Transversalización de Género —con delegados de las diferentes facultades, de los estudiantes, los trabajadores y los sindicatos— se inició la tarea de revisar protocolos de prevención de violencias de otras universidades y retomar el documento existente para construir una propuesta que respondiera a las necesidades de la UPN. Un proceso que no se detuvo ni por los retos impuestos por la pandemia, tiempo durante el que el documento se estructuró, revisó, socializó y ajustó.

Una de las personas involucradas en este trabajo fue Flor Edith Sotelo, trabajadora oficial y representante de SintraUPN, quien resalta el hecho de que en la construcción del documento se haya presentado una muy buena participación de la comunidad universitaria, proporcionando la retroalimentación desde otras miradas. “Hicimos una socialización y los compañeros y compañeros aportaron bastante, les gusto el tema y consideramos que se dieron buenos aportes. Las personas reconocieron que existía porque muchos de nosotros no teníamos idea de que había un protocolo previamente”, comenta.

 

Un paso para recuperar la confianza

 

Entre las novedades del nuevo protocolo se puede mencionar —además de la inclusión de toda la comunidad universitaria— la incorporación de definiciones de violencia basada en género en medios digitales y la adición del principio de celeridad a la hora de dar respuesta a las solicitudes, considerando que la lentitud de estos procesos ya habían desencadenado desconfianza, falta de credibilidad y el surgimiento de otro tipo de tensiones en la convivencia al interior de la Universidad.

Además se incorporaron tres líneas estratégicas de actuación enfocadas en la promoción y prevención, la atención y la protección. “Se considera que todas y todos tenemos responsabilidades en la prevención y eliminación de las violencias”, explica la profesora Torres, quien resalta también como un importante logro del nuevo protocolo la creación de un comité asesor para su seguimiento y cumplimiento.

 

 

“Aparece como una instancia intermedia compuesta por tres profesionales con perfil idóneo, experiencia y formación en el tema de género, derechos humanos y justicia restaurativa”, explica la docente, quien añade que este comité se encargará en primera instancia de evaluar la conducta que se denuncia, de recibir los testimonios,  de documentar los casos y de determinar si, de acuerdo a lo establecido en el protocolo y a la normativa, la falta merece una sanción de orden pedagógico o disciplinario.

Para Laura Xiomara Morales Martínez, estudiante de la Licenciatura en Educación Comunitaria con énfasis en Derechos Humanos y representante estudiantil ante el Consejo Académico que hace parte del Comité Institucional de Transversalización de Género, el haber emprendido este proceso de renovación del protocolo como un paso en el camino de eliminar las violencias basadas en género cobra mayor importancia en la UPN, formadora de maestros y maestras.

“Sabemos que la escuela es otra institución donde se reproducen muchas prácticas patriarcales o machistas y entendemos que es en el colegio donde más se reproduce esta cultura. Nosotros vamos a hacer parte de este proceso y es muy importante que vayamos formados y conscientes de ello”, afirma la estudiante, quien resalta también el ejemplo que se está dando a otras universidades públicas con esta iniciativa.

Pero reconoce que aun queda camino por recorrer. “Esto es un paso, quedan muchos más hacia adelante. Esta es una herramienta que en la implementación podemos darnos cuenta en que puede tener fallas susceptibles a mejorarlas”, asegura. Por eso su invitación es a continuar construyendo una cultura libre de todo tipo de violencias desde colectivos, semilleros, espacios de investigación y desde las clases para que la equidad y la inclusión se convierta en algo que sea realmente transversal a todos los procesos, en una UPN antipatriarcal.