El 15 de febrero de 2018 se llevó a cabo el foro “Financiación y acceso. Desafíos de la educación en Colombia” de Semana Educación. Como asistentes de la Universidad Pedagógica Nacional estuvieron la profesora Olga Cecilia Díaz, representante de los profesores ante el Consejo Académico, y Jorge Virviescas, representante de los egresados ante el Consejo Superior.
Ambos expresaron a este medio sus impresiones sobre el primer panel, titulado “La crisis de las universidades públicas en Colombia, en el que participaron Fernando Tobón Bernal, vicerrector administrativo de la Universidad de Antioquia y Ricardo García Duarte, rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
A continuación socializamos la síntesis del panel que nos compartió la profesora Díaz:
Durante este panel se expusieron las distintas problemáticas derivadas del modelo de financiación existente en el país, cuyo antecedente fundamental está en la manera como están formulados los artículos 86 y 87 de la Ley 30 de 1992. En todos los casos los directivos de estas universidades mostraron las problemáticas relacionadas con la manera como el crecimiento de los recursos está atado al IPC y cómo el desfase es significativamente creciente en relación con los costos y las exigencias que hoy se le hace a la universidad estatal.
En todos los casos se mostraron cifras relacionadas con el caso de cada institución; cómo ha ido creciendo el déficit, cómo ha habido un aumento sustancial en la matrícula de los estudiantes. En la mayoría de los casos se ha duplicado el número de estudiantes en relación con lo que ocurría en la década de 1990.Se mostraron los crecimientos también en programas universitarios tanto de pregrado como de posgrado y Asimismo el estancamiento que se ha producido en relación con el número de profesores de planta para dar soporte a un crecimiento exponencial de matrícula en cada una de estas instituciones.
También se mostraron las nuevas exigencias que se derivan de los procesos de acreditación de programas e institucional y cómo esto ha impactado los procesos de investigación, los procesos de formación doctoral de los maestros, el efecto ligado al incremento de la productividad académica de los profesores, y todo esto en el marco de un congelamiento de la planta docente y un incremento en la relación y proporción estudiante por profesor. Se mencionaba por ejemplo que en la década de 1990 teníamos una relación de 9 u 8 estudiantes por cada profesor y hoy tenemos 17 estudiantes por profesor; el referente internacional es menos de 10 estudiantes por profesor, por lo que estamos bastante distantes de este proceso.
También durante el panel se mostraron las cifras específicas del presupuesto 2018 en relación con los 5.2 billones destinados a educación y cómo está distribuido. Sin embargo, este monto contrastado con las exigencias de cobertura y calidad claramente termina siendo nuevamente insuficiente, sobre todo considerando que el impuesto CREE, que era un recurso importante para la educación superior, se transformó en relación con la nueva distribución en la participación en el impuesto de renta, y eso, por supuesto, tiene un impacto significativo para las universidades estatales. Obviamente ahí se menciona cómo los recursos vuelven a estar destinados al Icetex y a Ser Pilo Paga. Se trata de 1,7 billones en el presupuesto de 2018, lo que genera un impacto, ya que parte de ese recurso que debía estar destinado a las universidades estatales en el marco de esta coyuntura, no lo va a estar.
En los retos y reformas que tendrían que hacerse, se mencionan, por un lado, vincular las políticas a fuentes fijas, de tal manera que haya esa articulación entre la orientación de una política y un presupuesto que efectivamente la respalde. Ubican, por ejemplo, la situación que ocurrió con el SENA, el cual no hacía parte del sistema de educación superior. Se define como política, entre otras, para mostrar incremento de cobertura en educación superior, que el SENA es del nivel de educación superior y sin embargo el tema de financiación nunca se piensa y esto termina recayendo en la misma bolsa que estaba destinada para educación superior. En ese mismo sentido se puede ubicar la política de Ser Pilo Paga, la cual no estaba proyectada ni tenía una financiación en el Plan Nacional de Desarrollo pero entró en la misma ‘bolsa’, lo cual termina generando un impacto en las universidades estatales.
Este tipo de políticas se evidencia, por ejemplo, en el documento Conpes que se está formulando precisamente para tratar de compensar el déficit (que algunos señalaban que como mínimo sería de 200 mil millones de pesos) o para lograr al menos nivelarlo; se menciona que este Conpes está proyectando el aumento de cobertura ligado al incremento de los recursos. Eso significa que las universidades estatales tendrían que tener 200 mil nuevos estudiantes, lo cual es paradójico porque el recurso que debería irse exclusivamente para compensar el déficit ahora va a quedar atado a más cobertura, que va a necesitar más recursos, luego entonces el déficit va a seguir incrementándose. En ese sentido no hay una real resolución de un problema de financiación, asunto que, debo decir, en el marco del panel no fue suficientemente cuestionado. Se presentan los datos y no se hacen lecturas críticas de las implicaciones para las universidades estatales.
Entre otras propuestas también se habla de la importancia de la estrategia de regionalización, que implica armonizar oferta y demanda para el ámbito regional. Por supuesto, hubo coincidencia total en la necesidad de modificar el artículo 86, lo que implicaría modificar la financiación y aumentar porcentualmente mucho más de lo que se está proyectando en el Conpes en los recursos destinados a educación superior.
Se menciona también la importancia de evitar la homogeneización en las instituciones de educación superior porque el estándar está armado desde las más fuertes y se busca que todas las universidades se parezcan a ellas; entonces, se destaca la necesidad de diversificar y diferenciar el sistema de educación superior de tal manera que no todas las políticas operen en arreglo a ese alto estándar que generan las instituciones de mayor de desarrollo tanto en lo privado como en lo público.
Otro planteamiento propositivo está ligado a las fuentes de financiación, de tal modo que estas fuentes, como lo que ocurre con Ser Pilo Paga, no se haga contra los recursos de las entidades estatales. Si el estado quiere impulsar ese tipo de programas tiene que buscarle otros recursos que no impliquen afectar la financiación de la educación pública. Se hace un planteamiento muy interesante sobre, por ejemplo, por la vía de impulsar la regionalización de educación superior, desarrollar un sistema nacional de residencias estudiantiles que les permitiría los estudiantes de la región permanecer en la universidad teniendo un espacio de vivienda garantizado.
Fortalecer el Ministerio de Educación, fortalecer el sistema de acreditación, fortalecer el sistema de vigilancia y control a propósito de las grandes debilidades que se han visibilizado en estos últimos años que tienen un efecto sustancial, inclusive en el hecho de que no se atiendan oportunamente los procesos de acreditación de programas en las instituciones, y un asunto absolutamente estructural, que tiene que ver con la movilidad social y con favorecer la igualdad de oportunidades a propósito de cómo el sistema educativo superior termina reproduciendo las desigualdades que favorece el acceso a la educación a unas élites y no permite que toda la población efectivamente tenga acceso a la educación superior.
En términos de la orientación de la formación sí se hace un señalamiento en términos de cambiar el paradigma de formación, la lógica de educación centrada en asignaturas y pensar unos modelos curriculares y pedagógicos más ligados a la formulación y resolución de problemas. Se menciona algo muy importante ligado a atender y valorar las necesidades de ofrecer valor agregado a los grupos poblacionales que tienen de entrada grandes limitaciones en su formación. Se muestra el ejemplo de los estudiantes en Tumaco, que son hoy formados por la Universidad Nacional con jóvenes que tienen una formación absolutamente limitada en áreas básicas como las matemáticas porque no tienen ni siquiera profesor en esas áreas, entonces la universidad cuando entra a trabajar con esos jóvenes le toca hacer un trabajo de nivelación significativo y en este sentido ofrece mucho más valor agregado una universidad como la Nacional, o nosotros, la Pedagógica, que lo ha mostrado con datos específicos, respecto a las universidades de élite que reciben los estudiantes con un altísimo capital cultural.
Se menciona también la problemática de la concentración de la demanda en muy pocas carreras, que no diversifica y no atiende también necesidades de desarrollo profesional en el país, y algunas preguntas ligadas a buscar rentabilidad en la producción de conocimiento que hacemos en las universidades.
Por supuesto, en el público hay opiniones orientadas a querer rentabilizar la universidad pública y entonces preguntan de qué manera la investigación social, por ejemplo, podría generarle recursos a la educación pública.
Por su parte, Jorge Virviescas señaló los puntos principales que se trataron en este panel y sobre los cuales le parece importante abrir el debate:
1. Ser Pilo Paga. Durante el panel se abrió la discusión sobre si este programa realmente forma parte de las soluciones del ingreso y sostenimiento en educación superior. Rodrigo Lara como presidente de la cámara de representantes mostraba una cifra interesante de cómo se ha aumentado el costo de las matrículas en las universidades privadas a partir de la existencia del programa, lo que muestra que se ha generado un viso de negocio. Estudiantes están ingresando a universidades que, por sus propias condiciones de financiamiento, tienen ciertos niveles de calidad en algunos programas, y esto ha hecho que se incremente el costo de las matrículas. En 2015 el nivel de incremento de las matrículas en la educación superior estaba en 5.3% y a partir del programa Ser Pilo Paga ha ascendido a 9.6%; casi el doble. Allí hay una pregunta sobre el tema de financiación, sobre todo porque esta política ha sido la forma como el Gobierno nacional ha presentado que ha incrementado recursos en la educación superior y efectivamente así ha sido, pero la pregunta es si eso tiene una correspondencia, una correlación con las finanzas de las universidades pública. No tiene sentido que haya incremento en los recursos de la educación superior si aumenta también el empobrecimiento de las universidades públicas, precisamente porque esos recursos se están yendo a otras fuentes, que son las universidades privadas.
2. Deserción estudiantil. La Viceministra de Educación Superior mencionaba que uno de los retos que había en educación superior era el tema de cómo evitar la deserción, ya que esta se presenta en un alto nivel, pero lo que no decía y lo que queda como un interrogante es que la deserción implica unas políticas de bienestar y las políticas de bienestar tienen unos costos para las universidades. No se trata solamente de ajustar los programas educativos para hacer que estos sean más pertinentes –por supuesto, hay que seguir trabajando en la calidad y pertinencia de los programas–; también significa generar políticas de bienestar en temas de alimentación, el pago de matrículas, el pago de estadía para la gente que viene de las regiones. A esto le podemos sumar que la concentración de educación superior en un gran porcentaje está ubicado en las principales capitales, mientras que en el resto del país no hay mayor acceso a la educación superior. Me parece que ahí hay unos temas importantes en el tema de bienestar que no tienen correspondencia con el tema de financiación.
3. Pares internacionales. Hay una contradicción práctica entre el incremento de la financiación de la educación superior privada y el endeudamiento de las universidades públicas, que tiene que ver no solamente con el tema de Ser Pilo Paga e Icetex y con el hecho de que los recursos recaudados en las matrículas estén yendo para estos programas y no a la base presupuestal de las universidades (lo que les permitiría adquirir en valor real mejores finanzas). Es muy común que el Ministerio de Colombia mencione a Chile como un par por ser de la región para copiar políticas en educación. Se han venido haciendo algunas asimilaciones, por ejemplo, en el sistema de cualificación terciaria con los marcos de cualificación, pero lo que no nos menciona es que Chile está incorporando una política de gratuidad en educación. Esa parte si no la copiamos del sistema chileno y eso me parece importante resaltarlo.
4. Calidad. Durante el panel se dijo que cumplimos 25 años en el sistema de aseguramiento de la calidad. El reto está en el hecho de que ahora hay una mayor elaboración en el tema de educación superior profesional universitaria a partir de todo el tema de la acreditación de los registros calificados. Todo esto significa también unas inversiones por parte de las universidades, que han tenido que hacer unos esfuerzos importantes, por ejemplo, en la contratación de docentes con doctorado. Los salarios de enganche son diferentes en una universidad pública y en una universidad privada, y eso hace que las universidades públicas tengan que hacer unos esfuerzos bastante importantes con sus mismos recursos. Además, el tema de calidad significa inversión e infraestructura, significa inversión e innovación en muchos programas, pero todo esto aún sin una base presupuestal clara.
5. Acceso. Otro punto importante es el debate sobre el acceso a la educación superior en términos de la financiación, dividida entre becas y créditos. Es muy común que se diga que se está generando mayor cobertura y que esta se está promoviendo con la estrategia del Icetex y el programa Ser Pilo Paga, pero realmente lo que hay allí, en algunos casos, es un sistema de condonación de créditos. En otros, que son la mayoría, es un tema de endeudamiento que no cumple criterios de política social, como en el caso del Icetex, en el que la gente termina endeudada de manera desbordada. Son unas deudas muy altas para la gente y eso no se corresponde con una lógica diferencial entre un crédito y una beca. Aquí Colombia no tiene un sistema de becas claro y eso quedó en evidencia. Más allá de las gestiones con algunos países como política interna, apenas es un tema que está despegando; realmente hoy lo que tenemos aquí es un tema de financiación de créditos que terminan siendo onerosos para quienes los toman.
6. Vinculación con el sector productivo. Un debate que las universidades debemos darnos es el de la articulación de la educación con el sector productivo. Toda propuesta educativa tiene que tener una corresponsabilidad con las realidades, con el cómo esa educación se hace pertinente. Sin embargo, lo que queda en evidencia es que el sector productivo tampoco genera mucha responsabilidad compartida porque habla de exención de impuestos y de una cantidad de cosas como, por ejemplo, innovación, acompañamiento financiero al sector educativo y financiar la educación para que haya mejores posibilidades.
7. Internacionalización. Sobre experiencias internacionales que nos colocan como ejemplo está el caso de Australia, Alemania y otros países del primer mundo donde se han logrado llevar a cabo estrategias de financiamiento importantes, que en algunos casos son mixtas. En todo caso, quedó en evidencia que hay una inversión mayoritaria del Estado a la educación superior en esos países. Por ejemplo, en el caso de Australia, hay 43 universidades de educación superior, de las cuales 41 son públicas y en su mayoría tienen financiamiento importante de parte del Estado. Como siempre estamos mirando modelos internacionales, pero sin mirar cuáles son las condiciones propias, y justamente eso fue lo que resaltaron los vicerrectores panelistas, cómo lograr que esos modelos, esas políticas, o de esos estándares que estamos manejando en educación se pudieran acomodar a las condiciones y a las realidades nacionales.